
Aburrirse De Uno Mismo
Aburrirse a solas puede ser un arte,
en la quietud del tiempo y el silencio,
donde el alma halla un peculiar oficio,
y en la introspección, encuentra su parte.
Con uno mismo, el diálogo reparte,
ideas surgen en la soledad pura,
el aburrimiento a veces asegura
que el ser se encuentre en su intimidad.
Explorando rincones de verdad,
cada pensamiento, una aventura,
aburrirse así, es encontrar mesura,
en la propia esencia, oportunidad.
Aburrirse de compañía es extraño,
pues la diversidad suele ser gracia,
mas hay momentos donde la desgracia
del hastío llega, cual sombra en vano.
No es por la falta de un humano ha mano,
sino por la falta de conexión verdadera,
el vacío se expande, no espera,
y el alma anhela un lazo genuino.
En el vaivén de un lazo sin destino,
se pierde el encanto de la espera,
aburrirse así, se vuelve quimera,
ansiando un vínculo más genuino.
La meditación, un sendero sin par,
un remanso en el flujo del vivir,
en el silencio, el alma puede abrir,
un espacio donde hallar paz sin cesar.
Al meditar, se aprende a observar,
cada pensamiento que viene y va,
se abraza el momento, se deja estar,
sin juzgar, en quietud, en el respirar.
El aburrimiento puede transformarse,
al meditar, se halla claridad,
la mente se calma en su voracidad,
paz interior comienza a alcanzarse.
Así, en la meditación profunda,
se encuentra un tesoro que fecunda,
el aburrimiento se vuelve paz fecunda.
©️Natuka Navarro 14 de Noviembre 2023