
Agosto Y Septiembre, No Duran Siempre
Explicación:
Este antiguo refrán señala que los meses de agosto y septiembre son épocas de bonanza y abundancia por las cosechas, pero esa fortuna no dura para siempre.
Hace referencia a que tras la recolección llega el invierno, cuando escasean los frutos de la tierra. Por ello, aconseja no confiarse en etapas prósperas y prever que vendrán tiempos más difíciles.
Nos invita a ser previsores, aprovechar los periodos de prosperidad para resguardarnos para eventuales épocas de vacas flacas. Aunque hoy en día está en desuso por los avances tecnológicos, su enseñanza sobre los ciclos de la vida sigue vigente.
Agosto y septiembre, no duran siempre,
con su abundancia, el campo se extiende.
Los frutos maduran, la cosecha esplende,
pero el tiempo avanza, no hay que ser imprudente.
En estos meses, la fortuna sonríe,
la recolección y vendimia se ríe.
La tierra brinda sus dones sin medida,
pero la sabiduría avisa con medida.
No siempre será tiempo de holgura,
los días de escasez vendrán con premura.
Guardar y precaver es la sabiduría,
para afrontar el invierno con valentía.
Así en la vida, también acontece,
momentos de bonanza y otros de escasez.
No confiarse en el éxito que parece,
prepararse para enfrentar cualquier revés.
Agosto y septiembre, meses efímeros,
su esplendor se desvanece en los senderos.
La naturaleza cambia su esfera,
y la previsión es la mejor bandera.
Cosechas
Llegó agosto con sus mieses,
septiembre con racimos de uvas.
Es tiempo de prosperidad,
de llenar trojes y tinajas.
Mas no creas que este benestar
será eterno e invariable.
Que tras la opulencia del otoño
vienen escarchas y nevadas.
Aprovecha para guardar provisiones
cuando la fortuna sonríe.
No desperdicies los frutos dorados
pensando que el sol siempre irradia.
Es ley de vida, nada dura para siempre,
lo bueno acaba y lo malo arriba.
Sé cauto cuando la dicha te cubra
para que el día gris no te sorprenda.
Natuka Navarro©