De este conocido refrán a través de un poema con un bonito homenaje a la sabiduría de mi padre.
«Donde hay saca y nunca pon,
presto se acaba el bolsón»
Esa idea central de la importancia del ahorro y la mesura en los gastos para preservar el bolsillo. El contraste que planteo entre el derroche y la prudencia queda muy claro.
A los consejos de Mi padre, convirtiendo el poema en una especie de oda a sus enseñanzas valiosas sobre las finanzas responsables.
En la voz de una mujer, tejo este canto,
un homenaje a la sabiduría de mi padre amado.
Consejos valiosos, su legado dorado,
sobre el ahorro y la mesura, mensaje sensato.
«Donde hay saca y nunca pon», decía él con pasión,
«presto se acaba el bolsón», una lección sin comparación.
En cada palabra, en cada gesto, un tesoro escondido,
la importancia del cuidado, el saber bien medido.
Su voz resonaba en mi mente con dulce cadencia,
me enseñaba a valorar la prudencia.
Derrochar era fácil, pero él me enseñó el arte,
del ahorro y las finanzas, el camino hacia el parteaguas.
Con sabiduría guio mis pasos, cual faro en la tormenta,
me mostró el valor de una vida más lenta.
Un bolsillo bien guardado es refugio y protección,
el fruto de su consejo, mi gratitud en acción.
Hoy, en cada decisión financiera,
siento su presencia, su voz certera.
Un equilibrio entre ganancia y gasto,
el legado de mi padre, un tesoro vasto.
En versos se entrelazan estos recuerdos,
sus enseñanzas, mis eternos credos.
Con gratitud y amor, su sabiduría florece,
un legado valioso que en mi corazón enriquece.
Natuka Navarro©