En el abrazo de los sueños y la danza,
se entrelazan emociones y esperanza.
Dos expresiones de nuestra esencia humana,
comunicándose en formas sin palabras.
En el movimiento rítmico de la danza,
nuestros cuerpos fluyen con gracia y extravagancia.
Expresando con cada gesto y cada paso,
emociones que brotan desde lo más profundo.
Los sueños, en su lenguaje simbólico y sagaz,
tejen imágenes que nuestra mente trae.
Escenas fantásticas, mundos por descubrir,
donde anhelos y temores pueden surgir.
En la danza, el escapismo se hace real,
dejamos atrás lo cotidiano y trivial.
Nos sumergimos en un éxtasis liberador,
donde las preocupaciones pierden su color.
Los sueños, también, nos llevan a volar,
a un universo donde todo es posible imaginar.
Escapamos de la realidad, sin ataduras,
explorando nuevas sendas, rutas seguras.
En la danza y los sueños, hallamos el desafío,
la oportunidad de crecer y ser bravíos.
Superar barreras físicas y emocionales,
explorando nuevas facetas, dimensiones ancestrales.
Así, la danza y los sueños se entrelazan,
formando un vínculo que el corazón abraza.
Nos invitan a expresarnos, a ser auténticos,
a descubrir la belleza en cada movimiento lírico.
En el abrazo de los sueños y la danza,
encontramos la magia que el alma alcanza.
Una conexión profunda que nos define,
y en cada estrofa de vida, resplandece y brilla.
Natuka Navarro©