La décima es una de las formas estáticas más extendidas y profundamente arraigadas en América Latina, especialmente en la poesía popular y rural. La décima corresponde a un fragmento de 10 frases de ocho sílabas y a una Rima consonante.
Entre las diferentes modalidades de la décima, que varían dependiendo de su interpretación y del conjunto de rimas, se distinguen la espinela, la italiana y la francesa, aunque la primera es la más utilizada en la escritura española y latinoamericana.
Décima espinela
La espinela toma su nombre del poeta malgache Vicente Espinel, de los últimos días del siglo XVI, cuya participación consistió en organizar la décima rima en abbaaccddc. Además, solo debe haber una pausa después de los versos pares, especialmente después del cuarto.
Durante los siglos XVII y XVIII, la décima se utilizó entonces como elemento de expresión en otros poemas; Félix Lope de Vega, en su Arte nuevo de hacer comedias (1609), escribió que «los décimos son buenos para las quejas» en las comedias, pero los usaba indiscriminadamente sobre cualquier tema.
Desde entonces, su uso en la poesía española y latinoamericana no ha decaído es como una forma tan cerrada como el soneto y adecuada al poema redondo y al epigrama, y ha sido la estrofa favorita de algunos poetas de la Generación del 27.
Entre los diferentes modos de la décima, que varían según su construcción y combinación de rima, se encuentran el espinel, el italiano y el francés, siendo el primero el más utilizado en la literatura española y latinoamericana.
La espinela este verso de 10 líneas (también conocido como Décima) que suele ser de ocho sílabas en tono gracioso, y es común en la narración de los poetas.
Esto no significa que sean malos versos, sino todo lo contrario; si no conseguimos excitar a los visitantes, nos convertimos en los pobres autores.
La articulación rima abba ac cddc, y se recomienda poner un punto después del cuarto verso.
Ejemplos de composiciones en décimas
Varias rimas Vicente Espinel
No hay bien que del mal me guarde,
temeroso y encogido,
de sinrazón ofendido
y de ofendido cobarde.
Y aunque mi queja, ya es tarde,
y razón me la defiende,
más en mi daño se enciende,
que voy contra quien me agravia,
como el perro que con rabia
a su mismo dueño ofende.
Ya esta suerte, que empeora,
se vio tan en las estrellas,
que formó de mí querellas
de quien yo las formo ahora.
Y es tal la falta, señora,
de este bien, que de pensallo,
confuso y triste me hallo,
que si por vos me preguntan
los que mi daño barruntan,
de pura vergüenza callo.
©Natuka Navarro
¡Qué belleza de décima espinela, estimada Natuka! aquí si que me saco el sombrero, en estos versos demuestras todo tu talento amiga. Bendiciones. No olvides visitar mi nuevo blog también, el que le hice a mi amado Camilo. Un abrazo desde mi corazón. https://tualmaylamia703616232.wordpress.com/blog/