
En la tristeza encontré un compañero,
en la soledad un amigo fiel,
en la angustia un consuelo verdadero,
en el dolor, tu presencia que es miel.
En tus ojos vi mi reflejo oscuro,
en tu voz hallé la paz que buscaba,
en tus brazos encontré el abrigo puro,
que mi alma tanto anhelaba.
Así que en tu tristeza, mi tristeza ha sido,
en tu soledad mi soledad mora,
y en tu corazón mi amor ha encontrado,
la razón por la que mi alma ahora adora.
Que en tu tristeza, mi tristeza ha sido,
que en tu soledad mi soledad mora,
y en tus lágrimas mi llanto se desborda
como el agua en el río desmedido.
Mas, ¿quién diría que tan fiera herida
podría ser mi cura y mi consuelo?
Que en tu presencia ya no siento duelo,
y el corazón se siente fortalecido.
Así, aunque sola, mi alma no está perdida,
pues en ti encuentra su paz y su aliento,
y en tus versos se abisma en pensamiento,
como el canto de un pájaro en la vida
Derechos reservados ©Natuka Navarro 2023