Espantapájaros en el campo de trigo,
sin alma ni vida, solo un cuerpo vacío,
pero su presencia siempre es vigoroso,
pues aleja a las aves del gran robo.
Con su ropa raída y su sombrero viejo,
está allí para proteger el granero,
con su figura imponente y frío,
es como un guardián del cereal.
Aunque sea solo un muñeco de paja,
su trabajo es esencial en la granja,
pues sin él, el trigo no duraría.
Espantapájaros, eres el guardián
de la cosecha, en el campo labrador.
©Natuka Navarro