
La Verdad Tras el Maquillaje del Alma
Jamás he cubierto mi rostro con maquillaje, no encuentro razón,
en las comuniones de mis hijos, un poco de color apliqué,
prefieren verme tal como soy, sin artificios.
¿Qué nos queda cuando nos enmascaramos?
¿Son realmente nuestros ojos pintados?
El rostro escondido tras los pigmentos,
Como una máscara que refleja sin sentir,
miramos al espejo y nos perdemos,
pues la verdad está sin disfraz.
Blanca como la leche, así me trajo al mundo mi madre,
con pecas juguetonas que encantan a mi esposo,
mi natural blancura era su deleite.
Nunca aprendí a pintar mi rostro, fue enseñanza de mi padre,
decía que quienes lo hacían iban directo al infierno,
pero mi querido ser no lo percibe así.
Somos libres de adornar el alma como queramos,
pero al maquillar nuestros pensamientos, perdemos la esencia,
renunciamos al anhelo de vivir y renacer.
©Natuka Navarro