La mitología celta está llena de historias y leyendas que han pasado de generación en generación a lo largo de los siglos. Una de ellas es la leyenda de la calavera, que cuenta la historia de un héroe celta llamado Bran, el Bendito.
Según la leyenda, Bran era el rey de los celtas y tenía una hermana llamada Branwen. Un día, el rey Matholwch de Irlanda llegó a la corte de Bran para pedir su mano en matrimonio a Branwen. Bran aceptó la propuesta, y Branwen partió hacia Irlanda para casarse con Matholwch.
Sin embargo, pronto se hizo evidente que Matholwch no trataba bien a Branwen. La princesa fue maltratada y humillada, lo que enfureció a Bran. Para vengarse, el rey de los celtas decidió invadir Irlanda con un gran ejército.
Cuando Bran y sus hombres llegaron a Irlanda, estalló una gran batalla. En la lucha, Bran fue herido mortalmente y decidió que su cabeza debería ser separada de su cuerpo y llevada de vuelta a casa como un trofeo de guerra.
Según la leyenda, la cabeza de Bran continuó hablando después de que fuera separada de su cuerpo, y sus hombres la llevaron de vuelta a casa en una caja de oro. Durante siete años, la cabeza de Bran permaneció en la caja, custodiada por sus hombres, hasta que finalmente fue enterrada en un lugar sagrado.
La leyenda de la calavera es una de las historias más conocidas de la mitología celta, y se ha convertido en un símbolo de la valentía y la determinación de los antiguos guerreros celtas.
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