¡Cuidado con la noche!
con suavidad te encuentro
Y ay de la casa con caricias
¡Con rayas y estrellas de calidades!
Ay de la persona cuyo corazón
melándose en el azul de cielo,
no es más que el ruido del minuto,
No las campanadas de los siglos.
Ay del que se regocija,
contra su propia conciencia,
Y festeja con la boca abierta.
es tuya, cual amanecer
Y mil heridas a sus líderes,
con una luz sobrenatural
Su equipaje es la tormenta.
Quédate conmigo , dulce amor
Y ahuyentarlos como el humo de una hoguera,
Como el rojo de las hojas de otoño,
Se dispersan como copos en una lona,
En el viento de verano
¡Cuidado! ¡Habrá una primordial!
Ni yo ni el otro te embrisaran
La espada del ángel dulcificada
Los llevará a la resurrección.
©Natuka Navarro
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