
Sumergido en sus laberintos oscuros,
mi mente se adentra en un mar de enigmas.
Entre versos y palabras, el alma abriga
un canto de sueños, anhelos puros.
Laberintos intrincados, laberintos serenos,
donde el tiempo se pierde en la neblina.
Cada paso, un suspiro, una divina danza,
descubriendo rincones de mi ser pleno.
Entre senderos enredados, laberintos de espinas,
mi corazón busca la luz del destino.
Atravesando sombras, encontrando caminos,
descubro la esencia de mis alegrías.
En cada giro, una verdad revelada,
un tesoro oculto, una pasión encendida.
Laberintos de letras, mundos tejidos,
en cada verso, un latido de vida.
Sumergido en sus laberintos profundos,
mi pluma se adentra con determinación.
Descifrando sus secretos, con inspiración,
un poema nace, desde el fondo del mundo.
Así, entre susurros y laberintos inciertos,
mi poesía florece en la oscuridad.
Y en cada palabra, una eternidad,
sumergido en sus laberintos abiertos.
Natuka Navarro©