«Alegría Obligatoria»
Hoy, me río sin motivo
como si la risa fuera una obligación,
como si la alegría
fuera una dieta estricta
recetada por algún gurú de la vida moderna.
Mírame, sonrío con los dientes apretados,
aplausos de plástico en los bolsillos
y el «todo estará bien» tatuado en la frente.
Porque ser feliz es una orden,
un mandato en estos tiempos de felicidad a la carta,
de risas enlatadas, de postureo en las redes.
Bailo sola en la sala,
con la música baja y las ventanas cerradas
para que no se escape el júbilo obligatorio,
para que nadie vea
que mi alegría tiene grietas.
Así que alzo mi copa al vacío,
brindo por los días
en que la tristeza no se disfraza,
en que la risa es sincera
y no un maquillaje mal puesto.
¡Salud, a la verdadera alegría!
La que no se anuncia,
la que no se vende.
La que llega de repente,
sin pedir permiso,
sin hacernos firmar contratos de felicidad eterna.
Natuka Navarro
©Luna Poetiza