
A través de la rosa que cultivó,
siento la presencia de los muertos,
que en su perfume y belleza viven,
sosteniendo la vida en su misterio.
No necesito cerrar los ojos,
para conversar con los ausentes,
en cada pétalo está su voz,
en cada aroma, su presencia.
No soy un chamán legalizado,
ni un miembro de honor de astronautas,
soy solo un poeta enamorado,
de la vida y de sus maravillas.
Pero en cada verso hay una llave,
para abrir puertas a lo desconocido,
para revelar la verdad del ser,
y hallar en ella, el sentido.
En mi labor por encontrar la luz,
no olvido que soy un ser humano,
preparando el acto final,
con la certeza de seguir siendo.
Pues sé que mi energía sobrevivirá,
al dejar blanco lo negro,
fundido en el entorno universal,
en la rosa que cultivó y en mis versos.
Derechos reservados ©Natuka Navarro 2023