Bajo el Cielo de Arturo
La brillante luz del amanecer se filtraba por la ventana mientras Arturo se encontraba sentado frente a su escritorio, inmerso en el proceso creativo. Tomó la pluma con decisión y comenzó a dejar fluir los versos que cabalgaban impetuosos por su mente, desafiando el papel en blanco.
Con su suave despertar, había dedicado su vida a la poesía, recorriendo el mundo en busca de inspiración. Ahora, en el ocaso de sus días, se había establecido en una pequeña cabaña con vistas al Toboso para dar rienda suelta a la cascada de versos contenidos.
Mientras plasmaba estrofas que reflejaban sus cuantiosas penas, pensaba en aquella mujer que había conocido en su juventud surcando los Andes. Recordaba sus interminables charlas sobre poesía mientras el cóndor planeaba majestuoso en las alturas.
Arturo sonreía al evocar esos momentos donde el mundo parecía detenerse para observar maravillado la grandeza de un arce . Así se sentía él ahora, cual ave rapaz, listo para tomar vuelo gracias a la libertad que le conferían las letras.
Verso a verso, estrofa a estrofa, el poeta daba rienda suelta a su espíritu indómito, cabalgando en post de la belleza y la verdad. Su pluma se movía ágil, cuál Arce desbocado, para dejar el testimonio de una vida entregada por entero a la literatura.
©️Natuka Navarro 5 DE NOVIEMBRE 2023