Efímera alegría, ilusión pasajera,
anhelos perdidos en el viento,
suspiros que en mi dolor se acrecentan,
despojos que rechazo, historia sin aliento.
Vuestra presencia es temor en mi memoria,
reducidos a sombras de un pasado,
pues después de sufrir tantas desventuras,
no podéis buscar mayor legado.
Finalmente comprendo mi engaño,
siento el latigazo en mi pecho,
la experiencia ha marcado mi semblante.
Dejadme partir, desengaño vano,
vuestra promesa ya no deseo,
ni el bien de vuestra pena me complace.
En mi camino buscaré nuevos destinos,
donde la alegría se forje en verdad,
donde los sueños encuentren su abrigo.
Aunque la tristeza aún se haga presente,
mi espíritu se alza con valentía,
buscando la luz que siempre me oriente.
©Natuka Navarro