El Collar De Luna
Había una vez una mujer llamada MarÍa, quien siempre había querido tener un perro. Un día, mientras caminaba por el parque, encontró a un cachorro abandonado y decidió adoptarlo. Le puso el nombre de Luna y se convirtió en su mejor amiga.
Maria quería darle a Luna todo lo mejor, así que decidió comprarle un hermoso collar de oro. Sin embargo, no tenía suficiente dinero para comprarlo. Entonces, se le ocurrió una idea para obtener el dinero necesario. Comenzó a vender artesanías hechas a mano en el mercado local y finalmente juntó el dinero suficiente para comprar el collar para Luna.
Cuando finalmente compró el collar, María se sintió muy feliz de poder darle algo especial a su amiga. Luna lucía hermosa con su nuevo collar y María estaba orgullosa de ella. Aprendió que con esfuerzo y dedicación, puede alcanzar sus metas y hacer felices a los que ama.
A partir de ese día, María y Luna se convirtieron en inseparables y vivieron muchas aventuras juntas, siempre con el collar de oro brillando en el cuello de Luna. María aprendió que a veces se necesita sacrificar cosas para lograr tus metas pero siempre es importante recordar que la vida es mas importante que las cosas materiales.
Con el tiempo, María y Luna se convirtieron en un equipo inseparable. Pasaban todo su tiempo juntas y se contaban todo. María se dedicó a enseñarle trucos nuevos a Luna y a entrenarla para competir en concursos de obediencia.
Luna se convirtió en una perra muy inteligente y talentosa, y pronto comenzaron a ganar premios en las competiciones. María estaba muy orgullosa de su amiga y agradecida por tenerla en su vida.
Sin embargo, un día, mientras caminaban por el parque, Luna se escapó de su correa y corrió hacia la calle. María la persiguió, pero no pudo alcanzarla antes de que un coche la golpeara. Luna murió en los brazos de María, quien estaba devastada por la pérdida de su mejor amiga.
A partir de ese día, Maria aprendió la lección de valorar cada momento con las personas y mascotas que ama, y de no tomar nada por sentado. Aunque su corazón estaba roto, siempre recordaría a Luna con amor y gratitud por todos los momentos maravillosos que pasaron juntas
©Natuka Navarro