«Entre Versos y Respiros»
Décimas sonetos, poemas libres
es mi sentir con tanto apuro
hoy me siento entre mis rimas
que si riman o no riman
Que si fluyen o se enredan
como viento entre cortinas,
yo las dejo, que se queden
a jugar entre las ruinas
de mi alma que no mide
ni el dolor ni la alegría
Que se arrullen en mi pecho
como versos en vigilia
porque escribir es mi techo
mi refugio, mi delicia.
Si me tiembla la palabra
no es por falta de osadía,
es que a veces lo que siento
no se presta a la poesía
y aún así yo lo intento,
aunque cueste la armonía.
Porque escribir no es atarse
a la métrica vacía,
es abrir de par en par
la ventana de los días
y que el alma se desborde
sin temor a la caída.
Y que el alma se desborde
sin temor a la caída,
como río que no escoge
ni su cauce ni su orilla,
solo canta lo que siente
y se entrega a su deriva.
Yo me entrego a mis palabras
como el fuego a la leña viva,
me consumo en cada trazo
como ofrenda que germina,
y aunque a veces me deshago
algo en mí siempre se afina.
Y que el alma se desborde
sin temor a la caída,
como río que no escoge
ni su cauce ni su orilla,
solo canta lo que siente
y se entrega a su deriva.
Yo me entrego a mis palabras
como el fuego a la leña viva,
me consumo en cada trazo
como ofrenda que germina,
y aunque a veces me deshago
algo en mí siempre se afina.
No pretendo la belleza
que en los cánones se inscriba,
solo quiero ser sincera
con mi tinta, con mi vida,
porque el verso más perfecto
es aquel que se respira.
Porque el verso más perfecto
es aquel que se respira,
no el que encierra en su estructura
la emoción que se reprima,
sino aquel que, sin permiso,
dice todo… y se desliza.
Yo no busco la corona
ni el aplauso que fascina,
solo busco ese momento
donde el alma se ilumina
y el silencio se hace canto
y la herida se mitiga.
Así escribo, sin atajos,
con la piel vuelta poesía,
con temblores, con coraje,
con dolor y con semilla,
porque en cada verso dejo
lo que callo cada día.
Y si acaso no se entiende,
que la forma se decida,
que mi voz no pide normas,
solo un hueco…
donde anida.
Natuka navarro
©Luna Poetiza
