
Fuiste un ayer que no tendrá mañana
Solo mi adiós en defensa propia,
y hoy ya no eres nada…
Fuiste todo
Fuiste un camino destinado a terminar.
Fuiste futuro que murió antes de llegar,
Un grito inaudible en medio del silencio…
La claridad más oscura,
La suma que terminé perdiendo,
La piedra con la que tropecé por voluntad propia,
Mi veneno más endulzado.
Mi desvelo lleno de insomnio
Mi acierto más errado,
Fuiste mi mejor tiempo perdido.
Pero en la sombra de ese adiós se esconde,
la semilla de un nuevo comienzo,
un renacer entre los escombros del pasado,
una lección aprendida en el eco del silencio.
Así, en el vaivén de las despedidas,
se esculpen las líneas de un nuevo destino,
donde el adiós no es el fin, sino la antesala,
de un capítulo que aguarda para ser escrito.
Music by Paolo Argento from Pixabay