
La Fuente De Nuestra Inspiración, La Fe Cristiana
¿De dónde procede nuestra inspiración? ¿Cómo podemos crear obras que reflejen nuestra fe y nuestro amor a Dios? La respuesta es sencilla: la fuente de nuestra inspiración es Dios mismo, que nos habla a través de su Palabra, su Espíritu y su creación. Él es el autor de toda belleza, toda verdad y toda bondad; nos ha dado talentos y dones para ponerlos al servicio de su reino y de nuestro prójimo.
Como cristianos, tenemos el privilegio de conocer al Dios vivo y personal, que se ha revelado en Jesucristo, nuestro Salvador y Señor. Nos ha amado con amor eterno y nos ha llamado a ser sus hijos e hijas. Nos ha dado su gracia y su paz, y nos ha prometido una vida abundante y eterna. Él es nuestra esperanza, nuestra alegría y nuestra fuerza.
Por eso, cuando buscamos inspiración, debemos dirigirnos a Él con humildad y confianza, con la oración y la alabanza, con la lectura y la meditación de su Palabra. Es preciso que estemos atentos a su voz, que nos guía y nos corrige, que nos consuela y nos interpela, que nos ilumina y nos transforma. Abramos nuestro corazón a su Espíritu, que nos da fuerza y nos impulsa, que nos da sabiduría y creatividad, que nos une y nos envía. Es necesario contemplar su creación, que nos muestra su poder y su bondad, que nos invita a admirarla y a cuidarla, que nos habla de su gloria y de su amor.
De este modo podemos dejarnos inspirar por Dios para crear obras que honren su nombre, que expresen nuestra fe, que comuniquen nuestro testimonio, que edifiquen a la Iglesia, que bendigan al mundo. Así podemos ser instrumentos de su gracia, canales de su bendición, colaboradores en su obra. Así podremos glorificar a Dios con nuestros dones y talentos, y disfrutar de su presencia y comunión.
©natuka Navarro