La voz del destino habló
tres elementos encierran
cielo, agua, tierra, cierran
letras dichas en vocablo.
Agua fresca cristalina,
al descender por ladera
por barrancos voladera,
se rompe se arremolina.
Canta con toda su fuerza
llevando rítmicas notas
rocas, tanta se anotas,
naturaleza esfuerza
Transcurre lenta su viaje,
por cañadas y veredas,
tranquila allí heredas
paz y nobleza doblaje.
Majestad, maravillado,
observando las estrellas
de belleza de aquellas ,
soñando engavillado.
Cuando el sol se asoma
y el día es diáfano,
majestuoso el color
azul, profundo, lejano,
Miro tierra hechizada
de contemplar la belleza
en un cielo con nobleza
desborda armonizada.
©Natuka Navarro
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