Oda al Amor Incondicional
En el rincón del alma donde el silencio danza,
nace un poema de amor, sublime esperanza.
Es un canto etéreo, melodía de entrega total,
un río sereno que fluye, amor universal.
El corazón, humilde en su rendición,
teje los hilos de pura devoción.
En la espera paciente, en el perdón sin condición,
se fragua un lazo eterno, sublime bendición.
No es un egoísta capricho, ni envidia que carcome,
es un faro de luz que en las sombras asoma.
No lleva cuentas ni se irrita con el viento,
es un pacto eterno, un etéreo portento.
En la trama del amor, la humildad es raíz,
una flor que florece en el jardín de la paz.
La comprensión, su suave brisa que acaricia,
justicia y honestidad, sus columnas de guía.
El amor es un artista que todo lo crea,
un lienzo infinito donde el alma flamea.
Soporta tormentas con férrea fortaleza,
es un faro que guía con pura gentileza.
Generoso sin medida, es un manantial divino,
sus aguas curan heridas, destilan amor genuino.
Cree en cada sueño, en cada promesa,
es la esencia que embriaga, la llama que no cesa.
En su magia se transforma, lo impregna todo,
en su abrazo se encuentra el sentido del modo.
Sin él, los logros son sombras sin luz,
el amor, cimiento, raíz, esencia de la cruz.
Así, en esta oda al poder que todo lo cura,
se eleva el canto de una verdad pura.
El amor, sin límites ni condiciones,
un eco eterno, vibrante en canciones.
NatukaNavarro©
Music by Geoff Harvey from Pixabay
