
Ni siquiera eres el más cariñoso
quiénes han tomado mi carne;
Que no es el más sabroso
De mis hombres del otro invierno.
Aún así, te adoro, no se ve por eso es que
Más aún, tu cuerpo dulce y benigno
Dispone de todo, en su suma quietud,
tan fatalmente masculino.
Es tan voluptuoso, sin frase,
De los pies largamente besados
A esos ojos claros y puros del éxtasis,
Lo que es digno de saludar de nuevo,
En el caso de los becarios, las delicias firmes,
Poniendo pies en polvorosa y oro.
Respecto al argumento, ¿frío? No, genial.
Dicen que nuestra «seriedad
se ha pasado de la raya, y lo siento,
La mejor burbuja.
©Natuka Navarro