
Peregrinaje Cósmico
Somos testigos de la vida
nacemos y esperamos la muerte
Este cuerpo no es nuestro
ni esta conciencia tampoco
Ni memoria ni nuestros hechos
un cuerpo que no es nuestro
Somos hojas que el viento arrastra
efímeros, fugaces, ligeros
Almas que migran sin rumbo
buscando su destino eterno
Somos gotas en el océano
ríos que van a dar al mar
Chispas que brotan del fuego
para apagarse en un instante
Somos actores en el drama
sin libreto que seguir
Polvo de estrellas errantes
eco de un cántico perdido
Mas si nada nos pertenece
si somos solo un relampagueo
Seamos entonces la nada
amando, sintiendo, creciendo
El poema reflexiona sobre lo efímero de la vida humana, comparándola con fenómenos fugaces como hojas en el viento, gotas en el océano o chispas de fuego. Sugieren que aunque nuestra existencia es breve y frágil, tenemos la oportunidad de otorgarle sentido y trascendencia.
La primera frase apunta a que la vida es un regalo valioso pero pasajero, por lo que debemos aprovecharla intensamente. La segunda invita a encontrar propósito abrazando cada momento, a pesar de la fugacidad.
La tercera pone en perspectiva nuestra pequeñez en el universo, pero resalta que cada experiencia humana tiene un valor irremplazable. Finalmente, la cuarta sintetiza que, aunque no elegimos nacer ni morir, sí podemos llenar el intermedio de luz y significado.
En conjunto, las frases transmiten que aunque somos apenas un destello cósmico, nuestra existencia adquiere sentido al vivirla de forma consciente, conectando con los demás y celebrando cada instante como un regalo. Resaltan que debemos atesorar esta vida pasajera que se nos ha otorgado.
Natuka Navarro©