
Esas pecas no me gustan cuando pueda
me las quito, con pintura embadurnada…
maquillarme toda la cara y darme colores
soy tan blanca, que no me pongo morena…
Quería ser pequeñita, diminuta al lado de mi mamá
no quería crecer jamás y estar siempre a su lado,
junto a ella, quise ser pequeña eternamente,
para que ella y quererla siempre…
Algunos chicos me decían burlándose del cuerpo
¡que había tomado el sol con un colador!
esa frase la recuerdo hoy, como si la dijeran hoy
hay personas que se pintan las pecas,
Las pecas son un regalo de Dios, no nos hacen daño
las ganas que tenia de jugar, el ser una niña perfecta
me hizo comprar pomadas para la piel, en invierno desaparecían
y me sentía muy bien, llegaba el verano, ¡Pecas al canto!
Tiene sus ventajas tener pecas, somos diferentes,
te pareces a la abuela, – mi padre me decía – eres como ella
Mi madre, Le gustaba mi cara, mi sonrisa, y mi mala leche
han pasado los años y me parezco a los dos a Papa y a Mamá…
Así conocí a mi marido, le gustaba las chicas con Pecas,
y allí estaba con pecas en plenitud a principio de julio
un chico altísimo, con un cuerpo fenomenal, me cautivo
nos fuimos a una función de teatro y a vivir juntos toda la vida…
©Natuka Navarro