Sal De La Oscuridad…
El peor de los problemas es que una Madre de familia muere. Cuando sus familiares se han ido. cuando evitas el dolor, el espanto, la angustia, las lágrimas, el sinsabor del fracaso…
¿Por qué tengo que enredarme por la infinidad de años? Si mi corazón vuelve a los recuerdos, volverá a la vida cotidiana…
¿Qué rechazo se puede tener a la vida, a las gentes, al saber que se va a vivir de forma eterna? Un disparate total: Gritó con rabia a todos los que transitaron por el sendero del sufrimiento durante toda su existencia…
Inspiró con fuerza. Apretó los dientes con fuerza en la taza de cristal hasta que los nudillos de sus brazos se volvieron blancos.
Pestañeando furiosamente, siseó: «¿Y quién eres tú?
Un hombre que estaba sentado, en un rincón de la sala
¿Y quién eres tú?» ¿Qué energía tienes? Dame lo que hará que la alegría se imponga entre los hombres, ¡Dámelo!
Ella cerró los ojos y salieron palabras que conformaron una plegaria.
Con una sonrisa eso, es lo que quiero ver en tus labios
-«¡Eso es lo que quiero!» – se atragantó, agotada.
La mujer se apoyó en el respaldo de la silla. Vio con horror lo que le ocurría a su adversario. En realidad, era más bien un rival.
La mirada se desvanecía, el cabello ya le llegaba a los hombros y empezaba a cambiar de color de negro a gris. El bellísimo rostro perdió su forma bajo una red de arrugas. Los vestigios de los dientes amarillos se dejaron ver en una sonrisa irónica…
– Pero eres estúpida. Por esta petición tuya, no soy yo quien debe hacerlo. Sin embargo, no soy un bienhechor ni un exaltado culpable. Acuérdate de que siempre estaré tras de ti, te esperaré tranquilamente, aún durante muchos años, a que se produzca uno de tus fallos. Luego me rejuveneceré y volveré… Voy a volver…
Cuando más se encogía, la palabra más callada… Volveré…
– Miró a su alrededor con temor. La mujer estaba sola en la estancia… Simplemente ella, una taza de té vacía y un alegre fuego prendido con un mechero sobre una silla.
©Natuka Navarro