Cada año, cuando me siento abrumada, me recuerdo a mí misma de qué se trata realmente la Navidad…La vida adquiere ese ritmo vertiginoso para que cada día sea una especie de competición. Sin embargo, ¿has pensado en cómo se abandona la prisa con los tiempos de silencio más sagrado?
¿Habéis visto el asunto de la Navidad?
La manera en que los niños desean regalos,
y las campanas de los trineos suenan,
Y los niños con esas manoplas calentitos.
Vieron lo rápido que viene..,
¿Pasar por encima, infiltrarse en nuestras casas?
La forma en que la vida toma ese ritmo acelerado
Lo que hace que cada día sea una carrera más.
Sin embargo, has notado con gran apuro
¿Dejar de lado los tiempos de silencio sagrado?
Y aparentemente nadie lo sabe…
Por donde vienen o por donde van.
Por una pausa en un escenario navideño,
Se trata de un sabio antiguo con barba y disfrazado,
indica que el cielo está cubierto de oropel,
El Cristo está cerca de una vez.
O cuando junto al árbol
Se ven los niños con mucha ilusión,
A la vez que se ponen campanas brillantes en su lugar
Y la maravilla llena cada pequeña cara.
Cuando los niños duermen junto al fuego…
Pero los padres susurran para mantenerlo,
En la tranquilidad del día que se desvanece…
Se quedan como tesoros en sus corazones.
Bien, cuando en medio de la luz de las velas…
Se inicia un coro, «Oh, Noche de Paz».
Y lleva una vida tan llena de todo.
A medida que la época del año se acerca…
Por ti y los tuyos, rogamos humildemente
encontremos ese santo silencio, de la Navidad.
©Natuka Navarro
