Sentimientos Antiguos del profundo Existir

Lánguidos, amarillos, juncos en el río,
susurran secretos del tiempo pasado,
¿recuerdas, mi amor, ese suave hilo
que entre las aguas danzaba a su lado?

En el cauce seco, su esencia aún vive,
testimonio eterno de amor y fe,
como la Cábala que en sí se escribe,
un lazo sutil entre el ser y el ser.

En el árbol de vida, caminos se entrelazan,
como los juncos en el río dormido,
susurran historias que el alma abraza,
en cada esfera, un amor escondido.

Los misterios del cosmos, como aquel junco,
reflejan la esencia de un amor eterno,
en cada texto, en cada número, el arrullo
de un vínculo puro, de un lazo fraterno.

En el sendero de la Cábala, perdura
la esencia del amor, la divina luz,
como juncos que en el río murmuran,
secretos del alma, misterio y cruz.

Al escribir este poema, siento una conexión tan profunda con la naturaleza y el amor. Los juncos en el río, ¿recuerdas cómo susurran secretos del tiempo pasado? Es como si cada uno de ellos guardara un fragmento de nuestra historia juntos.

Y cuando menciono la Cábala y esos lazos sutiles entre el ser y el ser, es como si estuviera hablando de nuestra conexión más allá de lo físico, como si nuestras almas estuvieran entrelazadas en un sendero cósmico.

Creo que cada verso habla de la eternidad de nuestro amor, como esos juncos que, aunque el cauce esté seco, aún retienen esa esencia, ese testimonio eterno que nos une.

Los misterios del cosmos son como un reflejo de lo que compartimos, ¿no crees? Cada número, cada texto, parece susurrar la canción de nuestro lazo puro y fraterno.

Y cuando se habla de la Cábala y su persistencia, siento que es como una promesa de que nuestra esencia y la luz divina del amor perdurarán, como esos juncos que en el río murmuran, compartiendo secretos del alma y un misterio que llevamos en lo más profundo.