«Ver la Paja en el Ojo Ajeno» Refranes
«Este poema invita a la reflexión sobre nuestra tendencia humana a juzgar y criticar con facilidad los defectos de los demás, sin antes mirar en nuestro interior.
Utiliza la metáfora bíblica de «ver la paja en el ojo ajeno» para referirse a que con frecuencia nos enfocamos en señalar los errores o faltas de otros, sin darnos cuenta de «la viga en nuestro propio ojo», es decir, de nuestras propias imperfecciones.
Los versos resaltan cómo solemos apuntar con el dedo a los demás, creyéndonos con la autoridad de corregirles, cuando en realidad nos cuesta trabajo reconocer nuestras propias flaquezas y limitaciones.
El poema nos invita a cultivar la humildad, a hacer el ejercicio de introspección antes de emitir juicios sobre otros. Nos reta a ser honestos con nosotros mismos, a ver con claridad nuestras sombras, en lugar de escondernos tras la ilusión de creernos perfectos.
De manera poética, el autor transmite un mensaje inspirador sobre la importancia de conectar con compasión, en lugar de juzgar desde la ceguera. Una llamada a extender la mano amiga, conscientes de que todos cargamos heridas y debilidades.
En resumen, una profunda reflexión poética que busca inspirarnos a ser más humildes, autocríticos y compasivos en nuestras relaciones con los demás. Una invitación a mirar dentro de nosotros antes de señalar afuera.»
«Ver la Paja en el Ojo Ajeno»
Juzgan con prontitud, sin mirar en su interior,
aquellos que señalan faltas con ardor.
La paja en el ojo ajeno resalta a sus ojos,
mientras ignoran la viga en su propio reposo.
Apuntan con dedos firmes, sin introspección,
a los errores ajenos con afán de corrección.
Pero la propia imperfección queda a la sombra,
mientras desentrañan la vida de otro en obra y palabra.
Es fácil criticar, menos simple mirar hacia adentro,
reconocer las flaquezas, las sombras que siento.
La viga en el propio ojo, difícil de vislumbrar,
se oculta tras excusas, no se quiere aceptar.
Caminemos con humildad, sin ceguera ni desdén,
veamos nuestras faltas con un ojo más sereno.
En lugar de juzgar, extendamos la mano amiga,
conscientes de que todos tenemos heridas y fatigas.
Ver la paja en el ojo ajeno es cómodo y rápido,
pero es en el propio reflejo donde el alma halla sentido.
Seamos honestos con nosotros y con el otro ser,
aprendamos a ver con claridad, a través de amanecer.
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Música zen
