Ojalá pudiéramos conocernos, tú y yo,
del sol y las rosas rojas en un día de verano.
A la gloria de la tierra cantaremos una canción fuerte
De todo lo que crece en el ser y muere al fin una vez.
Esa canción la aprenderíamos tú y yo,
…cuando la vida misma se forma con el poder y la ley,
…y llama a todas las formas a una dura y esforzada batalla,
…y en recompensa a esa lucha ofrece la paz de la muerte.
…toda la tierra que se mueve y bulle tu y yo,
y abejas que zumban y hojas que se hinchan de vida,
…al compás de nosotros y cantarán como nosotros,
y canta con nosotros la canción de los vivos, fuerte, libre.
En la canción viviríamos a lo grande tu y yo,
sin esperanza y sin miedo a la muerte y a la noche,
Con alegría tejeremos una danza ligera
En el juego de los vientos del cielo en el brillo de la tarde.
Y entonces, entonces caemos cerca tu y yo
…como la hierba cuando las heladas del otoño
y por encima la vida cantaría una fuerte canción,
pero olvidaríamos para siempre que una vez vivimos.
©Natuka Navarro
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