No pases del sol hoy, Pesados por cargas vertiginosas, de que el mundo, deseando el pecado, Lanzado detrás de ti.
Que no aparten los ojos del cielo, Detenerse y preguntarse: ¿Existe la inmortalidad? Hay eternidad En el que no ha entrado ninguna escala de color negro…
Ahí está la luz de la gloria, De los vivos, los grandes y los justos, Que da del pan de la sabiduría ¿Para que incluso el necio pueda llegar a ser sabio?
Hay día sin noche, El fuego sin muerte susurra Y la base de la fe, ¿Para el que es justo para siempre? No habrá inmortalidad,
Que destierra el miedo, el odio, la rebelión, De un hombre atado y maldito ¿Hasta el infierno oscuro?
Con los perdonados, con ellos adoraré… Insto… Existe la gran patria ¿Qué es la sal de la sabiduría? Ahí, ahí, inclínate en la inmortalidad, ¿El alma que es santa para el novio?
Detente y dilo en voz alta: Allí quiero ir, al Gran Rey, Que puso su vida en el madero del Calvario.
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