
Bajo el dosel de hojas que susurran,
camino descalzo sintiendo la tierra.
El mundo que conocí se desvanece
y una nueva vida el alma me aferra.
Dejo atrás lo seguro y rutinario,
busco aquello que el pecho ansía y desea.
Rompo las cadenas del temor diario,
y hacia lo ignoto mi espíritu vuela.
Con pulso firme y voluntad de acero,
labro el sendero audaz que he decido.
No hay imposibles cuando dentro llevo
de ilusión el motor que me ha movido.
Atrás queden penas y days pasados,
del porvenir los frutos he de amar.
Siempre adelante, ojos bien abiertos,
la vida es bella al doblar y avanzar.
Con temeridad y fe en mí mismo,
escalo riscos y monto en corcel.
El premio no es la meta sino el camino
que recorro con júbilo y sin temor.
Natuka Navarro©