El Tamborilero
En ruta a Belén, el niño peregrino,
tamborilero lleva su devoción,
anima su marcha con su corazón,
un regalo humilde, su ritmo fino.
Ropoponpon, ropoponpon,
nace el Niño, melodía y canción.
Sin riquezas, su alma es su tesoro,
un tambor, su ofrenda singular,
su música, un tributo sin igual,
en cada golpe, amor y decoro.
Ropoponpon, ropoponpon,
su tambor, mensaje de amor.
Marcando el sendero con su sonar,
su música impregna el aire sereno,
alegría y fe, en su repicar.
Ropoponpon, ropoponpon,
su música, eco divino.
Al verlo, Dios sonríe con amor,
la simpleza del gesto es su gloria,
el niño, feliz, cumple su fervor.
Ropoponpon, ropoponpon,
cumple su sueño, dicha en la historia.
©Natuka Navarro
Música
Mílner Ríos
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