Luis Enrique era un joven aventurero que siempre había soñado con viajar alrededor del mundo. Por fin, con 25 años, decidió ahorrar todo su dinero y comprar un billete de avión para dar comienzo a su gran viaje.
Después de varios días de vuelo, Luis Enrique llegó a su primer destino: una pequeña isla tropical. Allí, se encontró con un grupo de nativos que lo recibieron con los brazos abiertos y lo invitaron a participar en una gran fiesta en su honor. Luis Enrique estaba encantado con la hospitalidad de la gente y disfrutó mucho de la fiesta.
Después de varios días en la isla, Luis Enrique continuó su viaje hacia una ciudad grande y bulliciosa. Allí, se encontró con muchas dificultades para adaptarse a la vida en la ciudad y se sintió un poco abrumado. Sin embargo, con la ayuda de un amigo que hizo en el camino, Luis Enrique aprendió a disfrutar de la ciudad y descubrió sus encantos.
A continuación, Luis Enrique decidió visitar un país montañoso, donde se encontró con unos paisajes impresionantes y conoció a una comunidad de personas amables y acogedoras. Allí, aprendió a esquiar y a disfrutar de la naturaleza.
En su última parada, Luis Enrique viajó a un país con una gran historia y cultura. Allí, visitó importantes museos y monumentos, y asistió a espectáculos culturales impresionantes.
Finalmente, después de un año de viajes y aventuras, Luis Enrique regresó a casa con una gran cantidad de recuerdos y experiencias inolvidables. A partir de ese día, se convirtió en un apasionado viajero y continuó explorando el mundo durante toda su vida.
©Natuka Navarro