
En este verso, siento tu risa brillante,
como un eco alegre que llena el aire,
tus mejillas son rosas, sin prisa constante,
y en tus sueños te acurrucas, sin desaire.
Un fuerte amparo, solo un silbido fugaz,
como la sonrisa que ilumina tu rostro,
en el otoño, donde la brisa se deshaz,
apenas lo has vivido, mas no es impostor.
Mis versos se han dormido en su letargo,
pero su cuerpo aún guarda su esencia pura,
susurran un lamento, un dolor amargo.
La inspiración se aleja, desalma mi canto,
un encuentro inédito que jamás augura,
la poesía que todo abraza con su encanto.
En este poema diferente, las palabras fluyen,
retratando momentos efímeros de vida,
donde la risa y el dolor se entrelazan y huyen,
buscando la esencia que la poesía aviva.
Es un canto melancólico, de un verso adormecido,
que busca despertar en el alma su pasión,
encontrando en la tristeza un eco compartido,
donde el arte y la emoción hallan su redención.
Así, en este poema diferente y profundo,
busco transmitir el latir de mi sentir,
donde las palabras toman vuelo en un segundo,
y se entrelazan para siempre existir.
En cada estrofa, en cada sílaba que vibra,
se esconde el eco de un suspiro y una herida,
y la poesía se alza, majestuosa y altiva,
como una guía que nos lleva hacia la vida.
©Natuka Navarro