
La Rosa Resiliente segunda parte
La brisa trae un susurro preocupante,
los claveles proclaman su elegancia.
Mas la rosa no cede ante el desplante,
ella sabe que tiene gracia inquebrantable.
Su belleza es sutil, de esencia interior,
no precisa alardear de sus primores.
Florece tranquila, irradia su color,
confiada en sí misma, sin temores.
El jardín es un tapiz de autenticidad,
cada flor aporta con originalidad.
No hay disputas entre la diversidad,
sino aromas de autoaceptación.
La rosa sigue danzando con el viento,
sus pétalos de seda, sus aromas contentos.
Resiliente ella crece en su elemento,
libre de compararse, en florecimiento
©Natuka Navarro 8 de noviembre 2023