
«Mi Voz En Rima Jotabé»
Hace algún tiempo comencé a escribir poemas en Rima Jotabé. Al principio fueron pocos, casi tímidos. Los compartí sin saber realmente el valor de la estructura que estaba tocando. Con el paso del tiempo, entendí que no era solo una forma poética más… era un universo por descubrir.
Creada por el poeta y escritor español Juan Benito Rodríguez Manzanares, la Rima Jotabé no es solo técnica: es equilibrio, ritmo, arte con alma. Su arquitectura es precisa —pareados, versos monorrimos y ese terzo final que entrelaza todo como un lazo invisible—. Cada estrofa tiene su razón, cada rima, su propósito.
Pero más allá de las reglas, encontré en esta forma un espacio para decir lo que el alma a veces calla. Me permitió hablar con belleza, con orden y emoción a la vez. Me enseñó a ser paciente con las palabras, a escucharlas antes de soltarlas.
Hoy siento un clamor por esta rima. Quiero que más personas la conozcan, que descubran en ella lo que yo descubrí: que escribir no es solo decir, sino construir el decir. Que hay belleza en el desafío. Que cuando las palabras encuentran su sitio, algo profundo sucede.
Este es mi llamado, mi pequeña ofrenda en forma de letras:
Que la Rima Jotabé no se pierda en el olvido.
Que sea sentida, vivida y elevada.
¿Qué es la Rima Jotabé?
La Rima Jotabé, en su definición más básica, es una estructura estrófica con rima consonante, compuesta por cuatro estrofas que siguen un orden específico:
Un pareado: dos versos que riman entre sí.
Un cuerpo monorrimo: cuatro versos que comparten la misma rima (como en la cuaderna vía del Mester de Clerecía).
Otro pareado: con una nueva rima.
Un terzo final: una estrofa de tres versos con un esquema peculiar:
El primer verso rima con el primer pareado (rima A)
El segundo verso rima con el cuerpo monorrimo (rima B)
El tercer verso rima con el segundo pareado (rima C)
📐 Estructura completa:
A – A – B – B – B – B – C – C – A – B – C
Lo interesante de esta forma es cómo combina la disciplina de la métrica con la libertad expresiva.
Me gusta porque obliga a hilar con precisión y, al mismo tiempo, deja espacio para una poesía profunda y bien estructurada.
Es un juego poético que ofrece belleza, ritmo y una lógica interna que reta y seduce al alma que escribe.
soñar desde adentro y renacer día a día.
(Escribo Para Que El Silencio No Duela.)
Natuka Navarro – Luna Poetiza



